Francisco Orgaz-Agüera, UNIR – Universidad Internacional de La Rioja
Es un hecho que la celebración de grandes eventos deportivos impulsan el turismo en las ciudades y países donde se desarrollan. Durante este verano de 2025, en Estados Unidos se estará realizando el primer Mundial de Clubes FIFA en formato expandido.
Un evento de este tipo suele congregar a aficionados venidos de todo el mundo, deseosos de presenciar en directo a los mejores clubes de fútbol de cada continente y a jugadores estrella como Messi, Mbappe, Vinicius, Vitinha o Dembelé. Pero la coyuntura política y las medidas del gobierno de Donald Trump han cambiado el escenario hacia un tablero de incertidumbre para los viajes internacionales.
Un torneo histórico y una oportunidad económica
Del 14 de junio al 13 de julio, 32 de los mejores clubes del mundo competirán en 11 ciudades estadounidenses, desde Miami hasta Seattle, en un evento que aspira a rivalizar en impacto y prestigio con la Copa del Mundo de selecciones.
Las previsiones iniciales eran optimistas: un estudio de la FIFA y la Organización Mundial del Comercio (OMC) estimó que el torneo podría atraer a 3,7 millones de aficionados y generar hasta 9 600 millones de dólares en el PIB estadounidense, además de crear más de 105 000 empleos y dinamizar sectores como la hostelería, la restauración y el transporte.
El efecto Trump: peores previsiones para el turismo deportivo
La realidad es que las expectativas turísticas de este verano pueden verse empañadas por el llamado efecto Trump. Las recientes políticas migratorias y comerciales de su Administración han generado un ambiente de hostilidad e incertidumbre que impacta directamente en la llegada de visitantes extranjeros.
En las últimas semanas, el Gobierno ha prohibido o restringido la entrada a ciudadanos de hasta 19 países alegando razones de seguridad nacional. Estas medidas, sumadas a la intensificación de los controles fronterizos e incluso a la imposición de aranceles, han provocado una caída significativa en las reservas internacionales .
Además, la prensa estadounidense habla de que EE. UU. ha recibido un “duro golpe” a nivel de turismo y que las medidas adoptadas por el Gobierno podrían hacer que las previsiones de la FIFA y la OMC sobre el número de visitantes no se cumpliesen: más de 3,7 millones de aficionados venidos de distintas partes del mundo.
Si a principios de año se proyectaba para 2025 un crecimiento del 8,8 % en la llegada de turistas internacionales, ahora se prevé una caída del 9,4 %. Esto supone una pérdida de unos 9 000 millones de dólares para la economía estadounidense este año: más de 6 400 millones corresponderían a la caída del gasto en destino y unos 2 500 al gasto estimado en transporte.
Una percepción de inseguridad
La percepción de seguridad y protección son aspectos que contribuyen sustancialmente a la toma de decisiones de los turistas sobre destinos específicos. De esta forma, el clima político y social que se ha asentado en EE. UU. en los últimos meses ha hecho que muchos turistas reconsideren su viaje a Estados Unidos.
Las largas esperas para obtener visados, el temor a detenciones arbitrarias y la percepción de un entorno hostil han desviado la atención hacia otros destinos, especialmente en Europa, donde han aumentado las reservas hacia países como España, Turquía, Francia, Portugal, Grecia e Italia.
Además, Bank of America ha reportado la ralentizacion del turismo doméstico, lo que ha generado que cadenas hoteleras y plataformas como Airbnb y Expedia estén revisando a la baja sus expectativas de crecimiento.
¿Puede el fútbol revertir la tendencia?
El Mundial de Clubes sigue siendo un imán para millones de aficionados, y su impacto económico, con casi total seguridad, será notable, especialmente en las ciudades sede y los sectores directamente vinculados al evento. Sin embargo, el potencial de crecimiento y el legado de este torneo dependen de la capacidad de Estados Unidos para mejorar su imagen internacional y ofrecer garantías de seguridad y hospitalidad a los visitantes extranjeros.
Pese a los esfuerzos de las agencias de turismo y las autoridades locales para contrarrestar la percepción negativa del país, todo va a depender de la evolución de la situación política. En Los Ángeles –una de las ciudades que acogen del torneo– se ha impuesto el toque de queda ante las reiteradas protestas contra la persecución a los inmigrantes. También influirá la respuesta del gobierno federal a la presencia de turistas internacionales en un contexto tan polarizado.
Consideraciones finales
El verano de 2025 será una prueba de fuego para el turismo internacional en Estados Unidos. El Mundial de Clubes ofrece una oportunidad sin precedentes para relanzar la imagen del país como destino global, pero la estrategia migratoria de la Administración Trump amenaza con limitar el impacto positivo previsto por la FIFA y la OMC.
La balanza entre el espectáculo del fútbol y la realidad política determinará si este verano será recordado como el de una fiesta global del fútbol (antesala del Mundial 2026 en el que EE. UU. será uno de los países anfitriones) o el de las oportunidades perdidas.
Francisco Orgaz-Agüera, Profesor Titular de Universidad, Departamento de Humanidades, UNIR – Universidad Internacional de La Rioja
Este artículo fue publicado originalmente en The Conversation. Lea el original.
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Author: viajes24horas
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