Hamza Benattia, Universitat de Barcelona
Al hablar de enterramientos antiguos en el norte de África, muchos piensan enseguida en las pirámides y monumentos de Egipto. Sin embargo, recientes descubrimientos revelan que el noroeste de África también cuenta con un pasado prehistórico rico y apasionante.
La península de Tánger, en Marruecos, resulta especialmente interesante. Se encuentra situada en el lugar donde el mar Mediterráneo se encuentra con el océano Atlántico. Separada por tan solo 14 kilómetros de España por el estrecho de Gibraltar, esta zona ha sido durante mucho tiempo una encrucijada entre continentes y culturas.
Hasta ahora, se asumía que la península de Tánger había sido una zona periférica y aislada durante la prehistoria reciente. Hasta que nos propusimos explorar si esto era cierto o si, por el contrario, la región simplemente había sido poco explorada por proyectos anteriores.
A través de dos proyectos arqueológicos, en Kach Kouch y en la zona del Tahadart (el presente estudio), investigamos tanto la fachada atlántica como la mediterránea de la península de Tánger.
Tánger, una caja de sorpresas para arqueólogos
El objetivo era estudiar la región con métodos y técnicas arqueológicas modernas, incluidas dataciones radiocarbónicas. Para entender cómo esta región pudo estar conectada con otras regiones, utilizamos Sistemas de Información Geográfica, que permiten modelar y calcular los posibles caminos y rutas de comunicación. También analizamos el terreno y el paisaje mediante imágenes satelitales y obtenidas con dron.
En una fase posterior, junto a un equipo de jóvenes arqueólogos del Instituto Nacional de arqueología y patrimonio de Marruecos (INSAP), realizamos prospecciones y excavaciones sobre el terreno.
Lo que descubrimos superó todas nuestras expectativas. Lejos de ser un lugar vacío y aislado, la península de Tánger está llena de evidencias de que allí vivieron y murieron personas, y celebraron ceremonias, durante miles de años.
Nuestra esperanza es que estos hallazgos contribuyan a replantear el papel del noroeste de África como un cruce cultural que ha conectado distintas regiones desde hace milenios. Esta región podría cambiar nuestra comprensión de la prehistoria reciente de las regiones bañadas por el Atlántico y el Mediterráneo.
Un paisaje prehistórico de rituales y enterramientos
Nuestro estudio, publicado en African Archaeological Review, presenta el descubrimiento de decenas de nuevos yacimientos arqueológicos, incluidos enterramientos prehistóricos, lugares con arte rupestre y menhires.
Hasta ahora, la investigación sobre el arte rupestre y los enterramientos en el norte de África se había centrado en zonas como el valle del Nilo, el Sáhara o las montañas del Atlas. Nuestros descubrimientos revelan que la costa noroccidental de Marruecos fue un importante centro cultural durante la Edad del Bronce, hace más de 4 000 años.
La diversidad de prácticas funerarias, los lugares rituales, el arte rupestre simbólico y los monumentos megalíticos únicos reflejan un rico patrimonio prehistórico que trasciende las fronteras geográficas, políticas y culturales actuales. También pone de relieve los intercambios y contactos de larga duración entre esta región y el Mediterráneo, el Atlántico y el Sáhara.
La tumba de Daroua Zaydan
Uno de los yacimientos más notables que excavamos se encuentra en Daroua Zaydan, cerca de la actual ciudad de Tánger. Allí descubrimos una pequeña cámara funeraria construida con cuatro losas verticales de piedra y cubierta por una losa mayor. Un conjunto de piedras en forma de media luna probablemente marcaba el acceso a la cámara.
Aunque la tumba había sido saqueada en el pasado, recuperamos varios restos óseos humanos fuera de la cista –enterramiento de piedra con forma de caja o ataúd–. Uno de ellos fue datado por radiocarbono entre 2118–1890 a. e. c. Esta fecha coincide con tradiciones funerarias similares al otro lado del estrecho de Gibraltar, en Iberia, y con actividad de asentamiento en la Edad de Bronce antiguo en Kach Kouch, a unos 65 km al sureste del yacimiento de Daroua Zaydan.
Las necrópolis de cistas ya habían sido documentadas anteriormente en la región, pero la mayoría fueron excavadas entre principios y mediados del siglo XX. En aquella época, los arqueólogos no contaban con los métodos actuales que permiten conocer detalles importantes como su cronología y forma de construcción. Daroua Zaydan constituye la primera cista datada por radiocarbono en el noroeste de África.
Monumentos, depósitos rituales y conexiones atlánticas
Nuestros hallazgos apuntan a la existencia de un paisaje ritual prehistórico complejo en la península de Tánger. Probablemente, estaba conectado con otras regiones atlánticas y mediterráneas a través de un “lenguaje” ritual y simbólico compartido.
Una de las pistas nos la da una espada de la Edad de Bronce hallada en los años 1920 en el río Loukkos. Se piensa que fue fabricada en Gran Bretaña o Irlanda y pudo haber llegado al norte de África a través de redes de intercambio atlántico. Lo más probable es que fuera arrojada deliberadamente al río –una práctica ritual documentada en ríos de la Europa atlántica–. Esto sugiere que las comunidades del norte de Marruecos formaban parte de un mundo cultural y simbólico más amplio, conectado a la prehistoria atlántica.
Otro ejemplo es el círculo de piedras de Mzoura, compuesto por 176 menhires. Este yacimiento, excavado en los años 1930, es único en el norte de África, pero guarda un gran parecido con otros círculos megalíticos de la Europa atlántica, como Stonehenge. Durante nuestro trabajo de campo, también descubrimos nuevos menhires y arte rupestre, situados a lo largo de rutas de comunicación prehistóricas. Esto sugiere que pudieron funcionar como marcadores territoriales o lugares rituales.
Antes de nuestra investigación, solo se conocía un abrigo con arte rupestre pintado en el noroeste de Marruecos: el de Magara Sanar. Ahora hemos documentado 17 abrigos con pinturas y 5 con grabados.
La variedad de símbolos y escenas incluye patrones de puntos, líneas geométricas y figuras humanas. Todo ello sugiere la existencia de vínculos con el arte prehistórico de la península ibérica, el atlántico y el Sáhara.
Por qué esto es importante
Nuestra investigación no solo llena un vacío en el mapa arqueológico: también abre nuevas vías para la exploración científica en la región. La península de Tánger alberga un patrimonio prehistórico reciente rico y en gran parte no documentado. Merece más atención por parte de investigadores, responsables de patrimonio y del público en general.
Es necesario aplicar medidas de protección más firmes, ya que la zona está experimentando un rápido desarrollo urbano. El turismo está en auge y el saqueo continúa siendo generalizado. Esperamos que nuestro trabajo impulse nuevas investigaciones arqueológicas, con excavaciones y dataciones por radiocarbono en yacimientos clave.
Hamza Benattia, Prehistory, Universitat de Barcelona
Este artículo fue publicado originalmente en The Conversation. Lea el original.
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Author: viajes24horas
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Fuente: republicadominicana24horas.net