
Los «armaos», soldados romanos que prendieron a Cristo, continúan una tradición del siglo XVI
Los «armaos», una réplica de los soldados romanos y judíos que prendieron, azotaron e hicieron cumplir la sentencia a muerte de Jesucristo, son unos de los protagonistas, y sin duda los más vistosos, de una de las tradiciones y el hito más representativo de la Ruta de la Pasión de Calatrava, una región en la provincia de
Ciudad Real, en el centro de la Península Ibérica. Los desfiles y figuras como el «Caracol» o la «Estrella» que hacen los «armaos» con sus trajes, corazas, escudos, cascos y espadas característicos, se entrecruzan con los pasos, cofradías, hermandades y capirotes que cada uno de los pueblos procesionan entre el Miércoles Santo y el Domingo de Resurrección. El sentimiento popular y las tradiciones, lo religioso y lo profano se funden hasta plasmar una de las celebraciones más singulares de esta comarca. La Ruta de la Pasión de Calatrava es Fiesta de Interés Turístico Nacional y aspira a convertirse en Interés Internacional.
Un espectáculo que trasciende el ámbito religioso para escribir una de las páginas más sentidas del Campo de Calatrava, donde la luz, el color, el ritmo, los aromas y el fervor inundan las calles de los municipios de Aldea del Rey, Almagro, Bolaños de Calatrava,
Granátula de Calatrava, Miguelturra, Pozuelo de Calatrava, Torralba de Calatrava, Valenzuela de Calatrava, Moral de Calatrava y Calzada de Calatrava, por las que desfilan más de 50 cofradías y 20 bandas de música. El municipio más representativo es Almagro, célebre por su bella y estilizada Plaza Mayor con soportales y galerías acristaladas pintadas de verde y, sobre todo por su célebre Corral de Comedias, construido en 1628, y único espacio escénico en el mundo, del siglo XVI y XVII, que se conserva intacto en forma y estructura. Aquí se siguen representando obras de Cervantes, Calderón de la Barca, Lope de Vega…
Estos diez pequeños pueblos de la comarca de Calatrava ofrecen la única ruta que permite conocer cómo se celebra la Semana Santa en cada uno de ellos, con aspectos comunes, pero con su propia personalidad. En seis de ellos, destacan los «armaos», que ofrecen sus evoluciones, formando el «Caracol», creando un círculo de espirales que se va cerrando en torno a la bandera que porta un alto cargo hasta que se vuelve a abrir, y la «Estrella» similar a la marcha del caracol, aunque formando estrellas de cuatro puntas de dos filas cada punta.
Una larga historia
El origen de los «armaos» se remonta al siglo XVI, en las soldadescas que aunaban el ambiente militarizado de la época, derivado de la Iglesia regenerada tras Trento, junto al ideal caballeresco impregnado en la Orden de Calatrava gracias a sus frailes, mitad monje y mitad soldado, siempre afanados en combatir el mal contra el espíritu
cristiano. No puede faltar entre los soldados, el más malo de aquella trágica semana: Judas Iscariote. La presencia de todos ellos en las procesiones, junto con otros elementos como la música, las saetas, la artesanía y la gastronomía, contribuye a la creación de una experiencia cultural única.
La Semana Santa Calatrava es una oportunidad para conocer el patrimonio cultural, natural y gastronómico que como identidad colectiva da forma a todos los municipios calatravos, herederos de la Orden cisterciense de Calatrava, que desde su sede original en el castillo de Calatrava La Vieja, organizó la reconquista de un territorio bajo cuyo mandato surgirían numerosas poblaciones apellidadas con el nombre de la Orden que comparten hoy unas características culturales únicas, las del Campo de Calatrava, que se manifiestan de manera muy especial en su Semana Santa.
Pasión de Calatrava
Pero, además de la vistosidad de los «armaos», las distintas Semanas Santas de cada una de las diez poblaciones que conforman la Ruta tienen sus momentos y escenas especiales y sus imágenes religiosas que desfilan, rodeadas de fieles por sus estrechas callejas. Por ejemplo, en la mañana de Jueves Santo, en Aldea del Rey, se escenifica la traición de Judas Iscariote a Jesús. En Bolaños de Calatrava los «armaos» comienzan la búsqueda de Jesús desde la mañana, escenificando el prendimiento al final de la tarde. En Granátula de Calatrava durante el prendimiento el capitán de la tropa romana canta «el romance del prendimiento». En Moral de Calatrava, la danza del Caracol es llamada «Caracola» y se celebra el Domingo de Resurrección como despedida de la Semana.
Significativas son las procesiones de «El Paso», celebradas por la mañana en Torralba de Calatrava y Granátula de Calatrava. Es el día en que los dulces tradicionales -flores, rosquillos, barquillos y roscapiña- acompañan el desayuno. En la noche del Sábado Santo las calles se convierten en escaparate de las labores artesanales de blonda y encaje de bolillos, que lucen las mujeres en sus mantillas en todas las procesiones. En Miguelturra, al término de la llamada misa de los «armaos», la cofradía escenifica una lucha simbólica, en la que al final se agita la bandera como símbolo de la resurrección de Cristo. Las procesiones de «El Resucitado» y «El Encuentro» se suceden en todas las localidades a diferentes horas. En Pozuelo de Calatrava, Torralba de Calatrava y Calzada de Calatrava se canta el romance tradicional «Aleluya de Resurrección».
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Author: viajes24horas
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Fuente: republicadominicana24horas.net